La palabra crisis lleva un año en nuestras vidas y parece que vamos a tener que convivir con ella un periodo de tiempo mayor del que nos gustaría. Esta pandemia más allá de afectar a la vida de millones de personas, ha afectado en gran parte a la gran mayoría de las empresas a nivel mundial, la crisis del COVID-19 les ha afectado sobre todo económicamente, puesto que nunca antes se había paralizado el mundo a estos niveles.
Las crisis pocas veces se pueden pronosticar, pero a nivel empresarial se pueden anticipar una serie de escenarios de riesgos en los que una compañía podría verse afectada en un futuro a corto y largo plazo implantando una buena estrategia empresarial que dé como resultado un plan de gestión de crisis lo más funcional y práctico posible.
Tomar una posición estática y no actuar sería la peor decisión que podríamos tomar en periodo de crisis. Debemos de aprovechar este momento para buscar una oportunidad que haga despuntar nuestro negocio, estos son los momentos propios para innovar dentro de los sistemas de control y gestión de la empresa, reorganizar al equipo y pensar si los valores de la compañía siguen siendo los mismos que cuando se creo o hay que reescribirlos y actualizar la personalidad de la compañía.
Si has implantando una buena estrategia tu negocio crecerá cuando la crisis se termine. Los grandes negocios nacen de grandes crisis. Una vez finalizado el periodo de crisis se deberá analizar lo sucedido para aprender de los posibles errores cometidos y plantear nuevas estrategias.
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